Vista del marrón que teníamos por delante..
Reunidos Fausto, Luis y yo para dividirnos una sección de la pared. Cada uno eligió un tema libre. Fausto hizo un trabajo fantástico sobre el sueño; una especie de composición surrealista. Luis se encabezonó en pintar el retrato de una chica dormida, a través de una foto que cayó en sus manos y quedó estupendo y yo, preferí solucionar como suelo hacerlo cuando se me quitan las ganas: una ilustración de distintas ideas mezcladas con o sin criterio: Aparecían un cerebro como con energía, una ramificación ornamental como si fuera una rama y la máscara de V de Vendetta superpuesta sobre un circuito impreso, y a mi nadie me dijo ni mú.
Pues resulta que esto de la pintura formaba parte de un plan maestro urdido por el director del museo, que al ser alemán le llamabamos Herr directorr, y tenía concertada una inauguración con charla en ruso incluida, copas, comida y exposición de grafittis. El resto del muro que no llegamos a pintar fue escenario de pinturas al spray, graffitis improvisados, por gente pija que armados con una copa en una mano y un spray en la otra se lanzaron al ruedo sin pensar. Mi pintura estaba la primera, sufrió repintadas de los invitados, situada en el linde y se comportó de muralla protegiendo los murales de mis compañeros, así que me harté ràpidamente y dejé el cerebro sin pintar.
La última foto es de regalo...
Saludos
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